Los navegadores son los programas utilizados para moverse por Internet, con los que podemos ver los documentos de los sitios web. Desde hace más de un lustro, el navegador de Microsoft Internet Explorer domina de forma absoluta el mercado gracias, sobre todo, a que está integrado en el sistema operativo Windows. Sin embargo, también existen muchos otros navegadores menos conocidos pero no por ello menos válidos.
Todos los navegadores comparten funciones y prestaciones fundamentales. Contienen un cajetín para escribir la dirección de la página web y una serie de botones básicos para ir hacia adelante, hacia atrás, recargar la página… También todos incluyen gestión de ‘Favoritos’ y del ‘Historial’. Pero además existen un montón de aplicaciones más que no todos integran o resuelven de la misma manera.
Sin duda lo fundamental es que el navegador sea capaz de cargar cualquier tipo de página web sin problemas. Aunque los navegadores importantes están adaptados a los estándares más comunes, algunas páginas complejas o diseñadas sólo para Internet Explorer presentan problemas al cargarse en un navegador distinto a Internet Explorer. Sin embargo, aunque en ocasiones no vengan integrados, los navegadores están preparados para añadir los plug-ins (accesorios) necesarios para visualizar casi cualquier tipo de página (en Flash, PDF, Java…)
Las prestaciones más interesantes que tienen los navegadores:
PRINCIPALES ALTERNATIVAS.
Desde la entrada en tromba de Firefox, el mundo de los navegadores se ha animado mucho. El navegador de Microsoft sigue siendo utilizado por nueve de cada diez internautas, a pesar de que la mayoría de los especialistas consideran a Firefox un navegador mas seguro y mejor.
Tenemos pues que después de Internet Explorer, Firefox es el navegador más popular, seguido de Opera, Netscape, Mozilla y Safari.
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