

Limpia el escritorio y desinstala todo aquello que no uses
Si tienes aplicaciones o programas que no utilizas, desinstálalos. Con esto, no solo estarás ahorrando memoria, si no que evitarás que se abran más procesos en el ordenador que contribuyan a la ralentización del mismo. Por otro lado, te aconsejamos que hagas lo mismo en el escritorio con todos los iconos que no uses. Cuanto menos tenga que cargar el ordenador, más rápido será.
Utiliza antimalware
Con la utilización de internet, es frecuente que el ordenador se llene de malware. Este malware no hace otra cosa más que ralentizar el equipo, por lo que se hace necesario disponer de un software que sea capaz de eliminarlo y, por lo tanto, devuelva a nuestro equipo la velocidad que en su día tuvo.
Cuida el disco duro
Desfragmentar y liberar espacio en el disco duro, son dos de las tareas de mantenimiento más rutinarias y necesarias para mejorar la velocidad de nuestro ordenador. Gracias a estas tareas, lograremos que el disco duro se encuentre mejor ordenador y por lo tanto, el proceso de lectura sea mucho más rápido y con respecto a la liberación, nos desprenderemos de todos aquellos archivos temporales, no necesarios.
Actualiza el sistema
Una de las claves para que el equipo rinda a pleno rendimiento, es tener el ordenador actualizado. De esta forma, actualizar Windows, nos permitirá no solo disfrutar de un equipo más seguro, si no también más rápido, debido a las continuas mejoras que llegan para este.