

El primer cambio lo encontramos en el procesador, que sustituye el Exynos 1.2Ghz del Galaxy S II por un procesador de doble núcleo Tegra 2 a 1 Ghz, que si bien es algo inferior sigue ofreciendo suficiente potencia para ejecutar todas las aplicaciones y la multitarea. También encontramos una pantalla distinta, una Super LCD de 4.2 pulgadas, frente a la increíble (una de las mejores del mercado) AMOLED de 4.3 pulgadas del Galaxy S II.
El diseño del teléfono es prácticamente igual en ambos modelos, por lo que sigue siendo muy atractivo, con ligeros cambios en el grosor (tiene 1 milímetro más) y un peso algo superior (135 gramos). La cámara del Galaxy Z es de 5 megapíxeles y con capacidad para grabar vídeo en alta definición hasta a 720p. La memoria interna es de 8 GB, pero la podemos ampliar mediante tarjetas microSD. En el apartado de conexiones encontramos WiFi, Bluetooth 3.0, HSPA y GPS.
Estamos por tanto ante un modelo que sigue pudiendo competir de tú a tú con la mayoría de modelos del mercado, y que solo rebaja un poco las prestaciones del Galaxy S II, para así poderlo hacerlo más económico. Un movimiento inteligente de Samsung, que intenta de esta manera cubrir todos los segmentos del mercado, teniendo en cuenta las necesidades de los usuarios. Por ahora solo ha sido anunciado en Suecia por la operadora Three, que ha establecido un precio libre del Galaxy Z de unos 435 euros, por lo que no debería diferir mucho del precio libre en nuestro país.