

Queremos poner en relevancia la importancia de contar con un plan adecuado y con las herramientas necesarias para cumplirlos. En particular, en este artículo hablaremos de los dos tipos de medidas que existen: las medidas de protección activas y pasivas contra incendios.
¿Cómo prepararse ante un incendio?
Lo primero que se debe tener en cuenta es que un incendio es una posibilidad real. Podría suceder hoy, mañana o dentro de unos años. Con esto en mente, es necesario planificar desde la posición más previsora posible. Así, intentamos implementar barreras y elementos de protección que dificulten la propagación de un fuego. Además de contar con nuestras propias guías de actuación e instalación, se debe trabajar implementando los manuales técnicos que los distintos entes establecen al respecto. Se trata de medidas y recomendaciones que se hacen desde los comités profesionales y las Comunidades Autónomas, el Estado o la UE en materia de prevención.
Pensar y anticiparse
La clave a la hora de organizar estas barreras de protección es considerar un tipo de fuego que podría extenderse de forma factible por el edificio. Una vez que vemos cómo se extenderían estas llamas de forma realista, empezamos a trazar un plan para atajar su extensión en cada momento. El objetivo es abortar los posibles incendios más comunes que encontremos.
Dos formas de protección
En nuestro sector contamos con dos formas de protección: la protección pasiva y activa. Veamos cada una de ellas.
Protección activa contra incendios
Se denomina así o PFA por sus siglas y tiene gran importancia a la hora de mitigar los efectos de un fuego. Se dice que su papel es curativo, ya que comprende aquellos elementos que permiten advertir de un fuego y actuar sobre él. La actuación entiende de intervención humana o de forma automática. Por ejemplo, un extintor es una herramienta activa humana, mientras que un grifo anti-incendios es automático.
Protección pasiva contra incendios
Estas medidas tienen un papel preventivo y buscan que la estructura de un edificio soporte un incendio. Obviamente, esto es imposible de soportar si el incendio se extiende en el tiempo y no es extinguido. Se entiende que está pensado para un tiempo prudencial. El objetivo de estas barreras es el de detener la propagación de los humos, evitar que las llamas se extiendan, contener los efectos de temperatura y mantener la estructura estable y alejada del fuego. Entre los elementos más comunes encontramos:
- Sectorización y compartimentación del edificio
- La pintura intumescente
- Los morteros ignífugos (de perlita y vermiculita)
- El sellado del edificio y conductos habilitantes.
Todos estos elementos actúan sin necesidad de intervención humana. Su colocación nos sirve para conseguir alguno de los objetivos que hemos mencionado antes. Ahora ya sabes porqué estos elementos pasivos son tan importantes a la hora de construir un edificio y protegerlo de forma efectiva contra los incendios.
Contenidos relacionados
No se ha encontrado ninguno