

El sistema cuenta con tres filtros capaces de reconocer la localización, el movimiento y el sonido ambiental; y tiene dos objetivos: modificar el comportamiento del teléfono en función de las necesidades de su propietario y ahorrar batería desactivando aquellas funciones que no sean necesarias.
El filtro de localización permite al terminal delimitar una zona y adecuar su comportamiento a la misma. No se comportará igual cuando el usuario se encuentra en su casa (está en modo vibración o silencio, por ejemplo) o cuando éste sale a la calle. La detección de movimiento le sirve al teléfono para que, si detecta que está en uso, no se apague, a pesar de que haya sido configurado para hacerlo a una hora determinada.
Por último, el filtro de sonido ambiental permite al móvil reconocer los sonidos efectivos que hay a su alrededor para que, aunque esté programado para apagarse a una hora determinada, siga funcionando si en su radio de acción percibe una televisión o una radio encendida.
Este ingeniero informático de sistemas ha trabajado durante tres meses en el desarrollo de esta aplicación, si bien para obtener una primera versión sólo tardó un mes. Juan Carlos no es nuevo en estas lides, ya el año pasado una de sus aplicaciones acabó entre las 50 mejores de la primera edición del premio patrocinado por el famoso buscador. Se trataba de un caddie virtual capaz de suministrar al jugador de golf a través de su teléfono móvil información sobre qué palo era el idóneo en cada jugada, además de otras funciones.
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