

Estos nuevos modelos de cámaras recogen algunas de la virtudes de las denominadas réflex (es posible intercambiar objetivos, incorporar sensores más grandes y capaces o disfrutar de controles avanzados) con los beneficios de las compactas, es decir, cuerpo más pequeño, ligero y un manejo mucho más sencillo y rápido.
La principal seña de identidad de estas cámaras es la eliminación del sistema optomecánico formado por el espejo y el pentaprisma, uno de los últimos vestigios de las cámaras de carrete. Gracias a ello, la imagen formada en el objetivo se proyecta directamente al sensor, lo que repercute en una reducción del tamaño general del conjunto, de su peso y de la posibilidad de errores. El hecho de no ser un sistema réflex puro, impide la disposición de un visor óptico (algunos modelos si lo tienen pero como extra). Debido a esto, integran un visor electrónico, por lo que reciben el nombre de EVIL (Electronic Viewfinder Interchangeable Lens).
En la actualidad hay en el mercado tres familias de EVILs:
- Sony: La última en llegar y apuntarse a las cámaras de objetivos intercambiables sin espejo.
- Micro Cuatro Tercios (M 4/3): El más longevo en el tiempo, cuenta con el respaldo de Panasonic y Olympus, dos de las grandes marcas del mundo de la fotografía. Su secreto, un nuevo sensor cuyo tamaño es justo la mitad que el formato de carrete 24 x 36. Por lo que, sus dimensiones son 12 x 18 mm y el factor de multiplicación es de 2x. Gracias a este adelanto el cuerpo de la cámara es más pequeño, al igual que el tamaño de sus objetivos intercambiables.
- NX: Llegadas desde Corea, estrenan un sistema que combina la filosofía del M 4/3 pero con un sensor de mayor tamaño, uno del tipo APS-C. La principal ventaja es que ofrece un ISO con menor nivel de ruido y un rango dinámico ligeramente más amplio. Por el contrario, los objetivos son igual de grades y pesados que en las réflex.
Imagen sujeta a licencia CC de PSD