

Los servicios que Internet proporciona son actualmente imprescindibles para un elevado porcentaje de la población. La comunicación, el acceso y el intercambio de información, han motivado un constante crecimiento de usuarios y un aumento del tiempo dedicado a la navegación.
Según las estimaciones de IDC, durante 2010 se superarán los 1.000 millones de dispositivos móviles con acceso a Internet. Es decir, cada vez son más los usuarios de Internet que poseen un dispositivo móvil y que necesitan estar conectados a la red en todo momento.
Quiere decirse que esta necesidad de acceso a Internet ha derivado en una demanda de disponibilidad incondicional; con los dispositivos móviles se está conectado y localizado en todo momento. Además, el usuario quiere tener acceso a la red desde cualquier lugar y en cualquier momento; y son los teléfonos móviles los que mejor satisfacen la demanda. Por ello, hay que tener en cuenta que existen grandes diferencias en cuanto a la funcionalidad y la navegación de un sitio web a través de dispositivos móviles.
Habitualmente, estos dispositivos se emplean para accesos breves y, por lo general, de carácter práctico. El usuario se detiene menos en los contenidos y la navegación es muy intuitiva. Este manera de contemplar el acceso es muy distinta de la que se hace con el nuevo iPad o con los notebook, por poner un ejemplo.
Lo realmente cierto es que cada vez surgen nuevos dispositivos móviles que permiten conectarte a Internet desde cualquier lugar y en cualquier momento. Esto hace plantearnos una importante disyuntiva: ¿somos más libres o estamos más controlados?